Para Joseph Albers, lo importante era el color. "Es como cocinar -decía- poner más o menos sal lo cambia todo de golpe"
Le Corbusier afirmaba que “El espíritu de la claridad, por tanto, nos llevará a estipular que la policromía es natural sobre superficies lisas y que mata a los volúmenes concebidos bajo el signo de la luz. Por lo tanto, lo que es esculpido tendría que ser monocromo; lo que es liso podría ser polícromo.”
¿Qué pasa si en vez de elegir colores elegimos el material en función no solo a sus propiedades como la densidad, dureza y aislamiento sino por su color al natural? Sin una capa de pintura que oculte su color de origen. Esa paleta de materiales al desnudo que nos conecta con la naturaleza, ¿y que más lindo que lo natural para generar un entorno placido? El gris del hormigón/cemento, proviene de la mezcla de piedra caliza, arcilla y mineral de hierro. Al acero si lo dejamos oxidar se vuelve naranja rojizo de distintas tonalidades. Que decir de la madera, con sus vetas y colores que transmiten calidez. Combinando estos colores naturales más el verde de la vegetación circundante y el agua (en lo posible), no hay forma de no lograr una paleta de colores que nos emocione.